17 de Mayo de 1993  Por JOSÉ LUIS PÉREZ MENA

En los tiempos que corren de vaivén político, el ciudadano asiste perplejo, a la incorporación de los jueces a la vida pública, a la toma de partido de éstos, por una u otra opción política y en esta disyuntiva, paga las carencias de la Administración de justicia, ya que los grandes problemas de la misma, siguen sin resolverse.

Y lo que realmente preocupa al ciudadano y a todos los profesionales, que de un modo u otro nos relacionamos con la Administración de Justicia, es resolver estos problemas, que de otra parte son muchos: De un lado su lentitud, la actuación de nuestros juzgados, con leyes procesales del siglo pasado, de las que no se ha asumido una reforma en profundidad, que agilizara el procedimiento, le hiciera más rápido y sencillo, evitando el formalismo y una adecuación de los plazos a la situación actual de agilidad en la vida social.

La escasez de medios en nuestros juzgados y tribunales que aún siguen con sus carencias de material y una adecuación de sus medios técnicos a los tiempos modernos.

La falta de dotación de personal, desde auxiliares, oficiales, pasando por secretarios de juzgados y finalizando en jueces, que hace a veces la situación difícil para el profesional y el justiciable, por encontrarse que cuando tiene juez, no tiene secretario, estando prorrogados los de un juzgado para otro, en el caso de los jueces, lo que les hace imposible a pesar del grán esfuerzo de estos profesionales, de realizar su labor adecuadamente.

La independencia judicial, éste es el gran campo de batalla en el que se desenvuelve hoy la opinión pública, en lo que respecta al tema de la Justicia, nadie duda de la independencia del Juez al ejercer su función jurisdiccional, pero no existe la misma opinión en lo que respecta a la independencia del organo de Gobierno de los Jueces. El Consejo General del Poder Judicial, del que se habla de su excesiva politización, y es necesario un Órgano de Gobierno independiente y asuma su función Constitucional, cual sea el modo de elegir los miembros que lo componen, si los propios jueces directamente, como dicen unos, si la elección se realiza por las Cámaras legislativas, da igual, pero en todo caso, es necesario que el Poder Ejecutivo, y el Legislativo se hagan eco de esa necesidad de independencia para el funcionamiento de la justicia. La dotación al consejo de Contenido, con medios que le hagan capaz de hacer la Justicia más eficaz y no se quede con un estamento vacío sin contenido práctico, es una necesidad.

Pero necesidad es una revisión del turno de oficio de abogados y procuradores, revisión que pasa por una mayores dotaciones económicas a los profesionales que realizan esta labor, para que puedan atender adecuadamente los asuntos de los económicamente más débiles, para que el profesional no resulte económicamente perjudicado con la atención al ciudadano, que carece de medios para litigar, para que en definitiva todos seamos iguales ante la Ley, de una manera real y efectiva.

De otro modo surge la necesidad irrenunciable, de cumplir los mandatos constitucionales y esto pasa por la instauración del Jurado, para que de una vez por todas, el ciudadano se identifique con la justicia, participe en la misma y toma parte directa en la administración de la misma.

Creo que muchos ciudadanos estamos de acuerdo en muchas de las cuestiones, carencias y necesidades aquí apuntadas, a ver si de una vez por todas, acomodamos nuestra Administración de Justicia a lso tiempos que nos ha tocado vivir en modernidad, progreso y desarrollo y no qudamos a la Justicia estancada, por no haber sabido curar sus heridas a tiempo, espero que la incorporación de buenos profesionales de la Justicia a la vida pública, sirva para revitalizar la misma y no para otras cuestiones menos loables. Así lo esperamos los ciudadanos y todos los profesionales que de un modo u otro nos relacionamos con la misma.